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Acciones climáticas innovadoras

Red de Refugios Climáticos en Costa Rica: Un Modelo Innovador para el Manejo y Conservación de la Biodiversidad

Costa Rica es un país reconocido internacionalmente por liderar una fuerte agenda en la protección y manejo de su biodiversidad, contando con un 25,5% del territorio terrestre e insular bajo alguna categoría de protección, así como el 30% de su territorio marino.

En gran medida, el éxito de este modelo se debe a que el país ha basado sus decisiones de conservación en la ciencia y la técnica, obteniendo como resultado un modelo de conservación que ha permitido atender no solo las metas relacionadas con la protección de biodiversidad, sino también aquellas relacionadas con temas de cambio climático.

Este aspecto adquiere particular relevancia al identificar y consolidar refugios climáticos en el país. Con el avance del cambio climático, especies y ecosistemas enfrentan grandes desafíos para adaptarse a nuevas condiciones, incluyendo las variaciones en la temperatura, alteraciones en los patrones de lluvia y un aumento en la frecuencia de eventos climáticos extremos. Esta situación representa una de las mayores amenazas para la biodiversidad, ya que, sin medidas de adaptación efectivas, muchas especies experimentarán una reducción en su hábitat, limitando sus posibilidades de supervivencia.

La Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático entiende los refugios climáticos como “… aquellos lugares con menor cambio relativo en el clima futuro (magnitud relativa de la anomalía climática futura) o, de manera más compleja, zonas cuyas anomalías climáticas futuras están desacopladas de la tendencia regional, por ejemplo, por sombras de montaña, cursos de agua provenientes de montañas altas (con temperaturas bajas) o refugios hidrológicos (BID y CATIE, 2014, p. 97).”

Los refugios climáticos desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad, proporcionando áreas seguras en las que las especies pueden sobrevivir a los efectos del cambio climático y donde los ecosistemas pueden adaptarse gradualmente a las alteraciones en su entorno.  

Costa Rica reconoce la importancia de los refugios climáticos en diferentes instrumentos de política pública y en compromisos internacionales. Por ejemplo, en la Contribución Nacionalmente Determinada de Costa Rica (NDC 2020) establece como meta que para el año 2026, al menos 6 corredores biológicos gestionarán refugios climáticos, los cuales serán definidos por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC). Sin embargo, uno de los principales retos para atender este compromiso, es que a la fecha no se cuenta con una metodología que permita la validación, conservación y gestión de los refugios climáticos.  

Por esta razón, en octubre del 2023 el Programa de Innovación Abierta lanzó una convocatoria internacional para la presentación de propuestas de soluciones técnicas que permitan al SINAC la gestión de los refugios climáticos.

La propuesta técnica ganadora surge de una colaboración estratégica entre el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), la empresa privada Green Xpo Lab y la ONG Federación Costarricense de Pesca (FECOP); bajo el nombre Red de Refugios Climáticos en Costa Rica: Un modelo innovador para el manejo y conservación de la biodiversidad. Esta propuesta se pondrá en marcha en 2025 gracias al Proyecto ACCIÓN Clima III de GIZ que cuenta con financiamiento de la Iniciativa internacional del Clima (IKI).

Esta propuesta plantea una solución integral para identificar, monitorear y gestionar los refugios climáticos, mediante el uso de tecnología avanzada, como sensores remotos y modelos de inteligencia artificial. Además, propone desarrollar una plataforma digital que centralice la información clave que se genera sobre los refugios climáticos, facilitando la toma de decisiones informadas.

Propone también el trabajar con un enfoque holístico, donde se integra la tecnología con la participación de la comunidad. De esta forma se busca proteger la biodiversidad al mismo tiempo que se genera conciencia y capacidades en las comunidades aledañas al refugio. 

  • Se espera que el sistema propuesto permita monitorear refugios climáticos prioritarios y desarrollar una metodología de gestión efectiva, adaptando las estrategias a partir de la información obtenida.
  • Se espera que el proyecto contribuya con la gestión y creación de nuevos refugios climáticos, atendiendo la meta establecida en la NDC de contar con al menos 6 corredores biológicos que gestionen refugios climáticos en el 2026.
  • Se espera que fortalezca la resiliencia climática de las áreas protegidas, que promueva la sostenibilidad y cuente con un enfoque adaptativo replicable para enfrentar los desafíos del cambio climático. 

  • Los refugios climáticos constituyen una herramienta para la adaptación ecosistémica. Al identificar y mapear refugios climáticos, se establecen áreas críticas que actúan como santuarios para especies en riesgo, protegiendo su hábitat y facilitando su adaptación a las condiciones cambiantes. Esto no solo preserva la biodiversidad existente, sino que también fortalece la resiliencia de los ecosistemas ante futuras amenazas climáticas.
  • Mejoran la capacidad de adaptación al cambio climático, al mitigar la pérdida de biodiversidad y al contribuir con la estabilización de los servicios ecosistémicos esenciales.
  • Promueve un esquema de Conservación Participativa, al implementar programas de capacitación que involucran a la población local en la educación, el monitoreo y la gestión de los refugios. 

  • Crear un modelo de gobernanza integrado y multisectorial, alineado con el marco normativo del país. Este modelo debe promover la participación de actores clave, como Instituciones Públicas, sociedad civil, comunidades locales, sector privado y sector académico entre otros.  
  • Implementar un enfoque holístico que integre la conservación de ecosistemas terrestres y marinos, teniendo en cuenta la interdependencia entre ambos. Al unificar esfuerzos para proteger refugios climáticos en ambos tipos de ecosistemas, se asegura una respuesta más eficaz y sostenible ante los efectos del cambio climático.
  • Trabajar con un enfoque participativo, ya que al incluir a las comunidades aledañas al refugio se reforzará el sentido de pertenencia, se sensibilizarán ambientalmente y aumentará su responsabilidad hacia la conservación de los recursos naturales.